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domingo, 28 de junio de 2020

"Desafortunadamente las cifras que van en aumento reflejan una realidad que dista mucho de lo que estipulan y prometen las leyes que reposan en los anaqueles del Congreso"


La violencia contra la mujer: un problema de difícil solución

Por Karol Daniela Gutiérrez C*


La violencia contra la mujer es histórica y ocurre en todos los países y grupos sociales, pero, sólo se consideró como un problema colectivo y social desde hace tres décadas aproximadamente; fue la Organización de las Naciones Unidas quienes en 1993 adoptaron la primera definición internacional de violencia contra la mujer, que incluye “cualquier acto de violencia que tenga como consecuencia, prejuicio o sufrimiento en la salud física, sexual o psicológica de la mujer, incluyendo coerción o privaciones arbitrarias de su libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.

La Organización ONU Mujeres, destaca a Colombia como un país que ha ratificado todos los tratados internacionales vigentes para proteger los derechos humanos de las mujeres, y ha progresado significativamente en el desarrollo de leyes para promover y garantizar la igualdad de género.

Algunos ejemplos son; la Ley 882 de 2004 “Ley de ojos morados” que penaliza delitos de violencia intrafamiliar, Ley 1257 de 2008, por la cual se dictan normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y discriminación contra las mujeres, y la Ley 1542 de 2012 que tiene por objeto eliminar el carácter de querellables y desistibles de los delitos de violencia contra la mujer, etc.

Desafortunadamente las cifras que van en aumento reflejan una realidad que dista mucho de lo que estipulan y prometen las leyes que reposan en los anaqueles del Congreso. A veces parecen letras muertas. Así lo demostró el boletín del Observatorio Colombiano para las Mujeres, que coordina la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer.

Corresponde al período medido entre el 25 de Marzo al 4 de Junio, durante el cual los equipos psicojurídicos de la Línea 155 reportaron un incremento del 228% respecto a periodos anteriores, es decir, se pasó de 3.777 llamadas de violencia contra la mujer en el mes de Marzo a 9.123 en Junio. El factor incidente es el confinamiento por el coronavirus que ha obligado a las mujeres a convivir más tiempo con su agresor, esto refleja la grave situación de violencia que persiste al interior de los hogares y estamos hablando solo de aquellas mujeres que se atrevieron a pedir ayuda.

Pese a estas alarmantes cifras, la violencia contra las mujeres y las niñas, puede y debe prevenirse y por tanto debe ser una prioridad en la agenda nacional. Se ha avanzado en legislaciones y normativas para evitarla, y sancionarla, pero ha sido insuficiente. Ahora se deben sumar esfuerzos para implementar estas leyes, transformar los imaginarios que la permiten y evaluar los programas de atención que la combaten. Es un problema de difícil solución, y muy complejo, porque se enmarca en un “continuum” en el que se llega a vulnerar los derechos humanos, afectando inclusive la igualdad y libertad de la mujer.

Es una problemática social que está ligada a la concepción de la feminidad y a los roles asignados a las mujeres en la sociedad, estereotipos, prejuicios sociales, costumbres, y las relaciones de poder en el núcleo familiar en el que prevalece la figura patriarcal etc.., por lo que esta lucha supone un cambio en el imaginario cultural y estructural. Es un escenario que sin duda plantea grandes retos para la sociedad colombiana.

Ñapa: Según ONU Mujeres, el costo de atender las violencias contra las mujeres, niñas y adolescentes representa el 2% PIB a nivel mundial.

*Historiadora
Twitter: @kdagutzc

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