Una
determinación en derecho
Por Emerson Grajales Usma*
La Corte Suprema de Justicia, había dictado medida de
aseguramiento en su lugar de residencia al expresidente y entonces Senador
Álvaro Uribe Vélez, por supuestos actos de soborno a testigos y fraude
procesal. Medida dictada el anterior 4 de agosto.
No cabe duda, que el hoy exsenador Uribe debe acatar la
justicia como cualquier colombiano; lo que no está dentro de lo normal es que
la justicia abuse de su poder para meter preso al primero que acuerden con la
oposición por meros temas políticos. El expresidente Álvaro Uribe, desde
iniciada la década del dos mil, se ha convertido en la piedra en el zapato para
la izquierda y para la extrema izquierda; (que en el fondo son los mismos).
Cuando el también exgobernador de Antioquia tomo la
determinación de lanzarse a la arena política a nivel nacional luego de su paso
por la exclusiva universidad de Oxford en Inglaterra, (1997), lo hizo con la
firme convicción de que su presencia en la plaza pública sería un detonante
para sus opositores y detractores; tanto así que a Uribe le valió varios
atentados contra su vida en medio de una campaña que lo llevaría
indiscutiblemente a la presidencia en el 2002.
Con él, llegó el programa de gobierno llamado “seguridad
democrática”, que financiado en gran parte con dineros del Plan Colombia, logró
minimizar los secuestros que eran el pan de cada día en el gobierno que lo
antecedió, como también los homicidios; pero fue precisamente en sus dos
periodos (2002-2006 y 2006-2010), cuando la inversión extranjera pasó de
US$2MIL MLLNS anuales a US$7MIL MLLNS en el mismo periodo.
Y todos esos logros, han beneficiado al país y así lo
hemos reconocido la gran mayoría de colombianos, como también una mínima parte
de nuestros conciudadanos, han desconocido sus logros como respuesta a una
espesa dentera por la incapacidad de gestión y liderazgo de quienes han osado
de enfrentarlo en las urnas.
Todo ello ha conllevado a un cumulo dañino en la
oposición, hasta el punto de buscar aliados en todos los escenarios de la vida
pública de Colombia, incluyendo las más altas Cortes de la justicia para que
busquen “bloquearlo” en su libertad bajo “supuestos”, con estériles argumentos
como los de vincularlo con el paramilitarismo en Colombia. Y Uribe se quedó con
esa indeseable pero improbable estigmatización.
Y aunque suena difícil de creer, la izquierda burda y
miserable de este país, ha logrado encontrar eco en desteñidos togados que
llegaron al punto del descaro de ponerlo preso para que sus “titiriteros”, los
de los cuestionados jueces; lo expongan en bandeja de plata como trofeo de
guerra. Y lo lograron bajo el so pretexto, de que Uribe estaba sobornando
testigos y por fraude procesal. Vaya falacia para ponerlo preso.
Pero qué bueno que una jueza de la República, sin mayores
reconocimientos en su carrera como administradora de justicia, haya tomado la
determinación de dejar en libertad al líder del Partido Centro Democrático por
considerar que se le estaba violando el debido derecho a defenderse en libertad
y ante la falta de pruebas por las que se le tenía privado de la libertad. Esa
determinación de la Juez, llevó a la conclusión a los colombianos, que los
carteles de la toga, siguen vivos y actúan al margen de la misma justicia y
están al servicio de quienes en realidad han perturbado el orden público y
jurídico en Colombia.
El expresidente Álvaro Uribe, jamás debió estar privado
de la libertad, cuando todos los ciudadanos conocemos que quienes han
orquestado la lucha por tener a Uribe tras las rejas, o muerto si es posible;
son los mismos que han dejado una estela de asesinatos a lo largo y ancho del
país y que hoy, cínicamente, posan de Padres de la Patria.
Bienvenido a la libertad doctor Álvaro Uribe Vélez. Colombia
recobró también la esperanza de seguir en un país con democracia.
*Asesor
y consultor
Twitter:
@Grajalesluise