#TodosSomosResponsablesDeTodos

sábado, 26 de octubre de 2019

"Hoy, debe ser el día que vamos a limpiar la política en las regiones a lo largo y ancho del país"


La jornada de hoy

Por Emerson Grajales Usma*


El de hoy, será un ejercicio que pese a los actos criminales que lo han antecedido, debe ser democrático en todo el país.

Una jornada anticipada por derrames de sangre tras asesinatos de candidatos a las corporaciones públicas; de secuestros de aspirantes a alcaldías y concejos; y de homicidios a los líderes comunitarios o sociales.

Sin lugar a dudas, hoy tendremos la oportunidad de volver a ver, las filas interminables en muchos escenarios de votación y todo por una razón: Las corporaciones públicas son las más votadas por aquello del contacto directo e inmediato entre el constituyente primario local y el aspirante a llegar por primera vez, o ser reelegido.

El gobierno nacional ha dispuesto de grupos especiales de las Fuerzas Armadas (Militares, policía y el CTI) para todo el país, pero con exclusivo énfasis en regiones donde aún existe o han regresado grupos armados al margen de la ley, con el fin de garantizar el buen desarrollo de la jornada electoral. Igualmente, en muchas zonas apartadas donde la violencia ha cobrado víctimas por recobrar el control tanto para tráfico de estupefacientes, como de explotación ilegal de minería.

El triste ejemplo de la violencia que tiene sitiada esta fecha, es el municipio de Suárez en el Cauca. Allí, fue asesinada una candidata a la Alcaldía y también un aspirante al Concejo.

Igualmente los entes de control, han hecho efectiva varias sanciones a funcionarios públicos por diferentes casos como participación abierta en política y por constreñimiento al electorado para votar por sus candidatos de “bolsillo”.

La de hoy, debe ser una fecha donde todos los colombianos, como una fiesta, asistamos a las urnas para escoger a los mejores, a quienes no han sido llamados por los entes de control y o judiciales.

El pueblo no puede elegir a los mismos de siempre, a quienes han permeado el erario del municipio, del departamento o de la nación para robustecer sus propias arcas o la de terceros.

Menos podemos caer en apoyar a quienes por conveniencia propia, han impuesto sus candidatos. Ya ha sido costumbre que los alcaldes o gobernadores, busquen a sus herederos para que se tape la olla podrida que “dejan” en su nefasta gestión.

Hoy, debe ser el día que vamos a limpiar la política en la región a lo largo y ancho del país.

Especialmente, invito a votar por las listas del Centro Democrático que nuestro partido avaló en todo el país; con excepción del departamento de Risaralda, donde los Congresistas del movimiento impusieron el candidato a la gobernación y alcaldía de Pereira, con un fuerte tufillo que no ha permitido ver el trasfondo de tamaña coacción.

En el caso del candidato a la gobernación de Risaralda por el Centro Democrático, para nadie es desconocido, ni para el mismo expresidente Álvaro Uribe Vélez, que Eduardo Cardona, se dedicó a despotricar del entonces mandatario Uribe a través de sus columnas en medios regionales y nacionales, con palabras desobligantes que sólo las tapan quienes tienen oscuros intereses en esta candidatura. Y eso que dicen ser “uribistas de pura estirpe”.

Igual sucedió con la candidata a la Alcaldía. Otra imposición que les permitió desconocer a los congresistas Corrales y Vallejo; las raíces políticas del ideario de Uribe, en cabeza del entonces Concejal por el Centro Democrático César Gómez, quien aspiraba a la Alcaldía de la Capital de Risaralda.

Esta noche los resultados nos darán la razón.

*Asesor y consultor
@Grajalesluise

viernes, 18 de octubre de 2019

"Hoy, todo el mundo mira con admiración la magnitud de las grandes obras de ingeniería en China, y la rapidez con la que se construyen"


El metro no será una seda

Por Mauricio Cárdenas Santamaría*

Desde que tengo uso de razón, el túnel de La Línea y el metro de Bogotá han sido los casos emblemáticos de lo que funciona mal en el Estado colombiano. O, mejor dicho, de lo que no funciona.
Pero todo parece indicar que estos dos proyectos por fin dejarán de ser parte de nuestro inventario de frustraciones colectivas.

Pese a todos sus atrasos y sobrecostos, según el director del Invías, el túnel de La Línea será inaugurado a comienzos de 2021. Se pondrá muy contento en el más allá el exsenador Víctor Renán Barco, quien solía recordar con cierta ironía que en los años cuarenta, cuando llegó por primera vez a Bogotá, el conductor –al pasar por el alto de La Línea– le dijo: “Joven, aquí van a hacer un túnel”. Muchos años después, con numerosos documentos Conpes a cuestas y aún más contratistas fallidos, el túnel finalmente será una realidad.

En el caso del metro, también hay motivos para celebrar.

La adjudicación del contrato esta semana a un consorcio de empresas chinas es un hito en la historia de un proyecto lleno de vicisitudes. Como lo señaló Guillermo Perry en una de sus últimas columnas, los defensores del metro subterráneo lo trataron de convertir en un ícono de una sociedad incluyente y progresista, en contraste con el metro elevado –a su juicio, excluyente y retardatario–, como si las obras de ingeniería tuvieran ideología, cuando lo que tienen son costos y riesgos, campos en los que los estudios técnicos concluyeron que era mejor no excavar en los complejos suelos de la capital.

La oposición a la obra elevada también trató de argumentar que el cheque del Gobierno Nacional había resultado “chimbo”, cuando la verdad es que sin esos recursos, la ciudad no habría podido abrir la licitación, y mucho menos adjudicarla. Otra cosa es que la Nación haya decidido, por sugerencia del alcalde Peñalosa, evaluar todas las opciones para el uso de esos recursos. Los estudios concluyeron que la mejor opción era el metro elevado, conjugado con nuevas troncales de TransMilenio. Ojalá se anuncie pronto quiénes van a construir las troncales de las avenidas 68 y Ciudad de Cali, que se harán con el mismo cheque girado por el Gobierno.

Pero también es pertinente señalar algunas preocupaciones.

Hoy, todo el mundo mira con admiración la magnitud de las grandes obras de ingeniería en China, y la rapidez con la que se construyen. Pero esa admiración no necesariamente se extiende a las obras que hacen las empresas chinas por fuera de su país.

En nuestro caso, no sobra recordar los problemas que ha tenido Gecelca –una empresa de propiedad del Gobierno Nacional– con el contratista chino responsable de la construcción de una termoeléctrica en Puerto Libertador, Córdoba. El proveedor instaló un generador que no funcionó adecuadamente e incumplió el cronograma, lo que dio pie a un largo pleito. Además, chocó con la comunidad, que esperaba oportunidades laborales. Esto no se puede repetir.

China y Colombia han sido dos países distantes en todo sentido. Por eso, no podemos esperar que la relación diplomática será la garante de que las cosas se hagan bien. Necesitamos otros actores, como el BID y el Banco Mundial, que están involucrados a fondo con el proyecto, pero que deberán jugar un papel aún más activo para asegurar que todo salga bien. No tenemos el músculo suficiente para que el día que aparezca un problema lo podamos resolver satisfactoriamente.

Todo esto ocurre cuando se anuncia que la economía china está creciendo ‘apenas’ 6 por ciento, su menor tasa de los últimos treinta años. Ojalá esto no dé pie para que el consorcio a cargo del metro tome atajos y trate de mejorar sus estados financieros a expensas nuestras.

Pero no todas las perspectivas son desalentadoras. El Gobierno chino también debe tener en sus cuentas que, así como le ha ido mal en Venezuela y Ecuador –dos países en los que está expuesto en exceso–, las cosas pueden salir mucho mejor en Colombia. Un buen primer paso es construir un metro que sea motivo de admiración para todos los bogotanos. Si aquí hacen bien las cosas, quedaría en evidencia que la tan publicitada Ruta de la Seda sí pasa por Colombia, para beneficio de ambas naciones.

*Exministro de Estado

domingo, 6 de octubre de 2019

"Uribe acudirá al llamado de la Corte, consabido que por lo que se le acusa, fue un revés que él mismo “orquestó” al solicitarle a ese mismo tribunal que se investigara al senador Iván Cepeda Castro"


¡Juzgar en derecho, no en lo político!

Por Emerson Grajales Usma*


La Corte Suprema de Justicia, ha llamado a indagatoria al expresidente Álvaro Uribe Vélez, para este martes 8 de octubre. Una convocatoria en medio de unas confusas actitudes de los togados contra el hoy senador y de paso, no olvidemos que es la primera vez en la historia de Colombia, que esa rama judicial llama a un exmandatario.

No sucedió ni cuando se logró comprobar el ingreso de dineros del narcotráfico a la campaña de Ernesto Samper Pizano.

Aquí lo que está en juego, es la libertad del líder político colombiano. Un ser humano, al que la justicia conjuntamente con fuerzas oscuras, ven como un “trofeo” siempre y cuando lo tengan tras las rejas.

De sobra, se ha hecho un recuento en audios, videos y escritos; de todo lo que Uribe ha logrado para el país desde su llegada a la presidencia en el año 2002.

Su trabajo por Colombia, que no ha cesado aún hoy desde el Legislativo, es muestra fehaciente de su amor por esta Patria.

Son muchos los que han buscado infructuosamente, llegar al poder para mancillar el buen nombre del exgobernador de Antioquia, y hasta llevarlo tras las rejas. Esa impotencia despierta espesa dentera y entonces han buscado aliados para que desde la justicia se minimicen las grandes tareas del ex Jefe de Estado Álvaro Uribe y de paso, frenar su incansable trabajo por hacer del nuestro, un país viable, vivible y solido económicamente.

Uribe, no solo logró que fuera elegido en el 2002. También fue reelegido y obtuvo tanto respaldo que mal persuadió al país (sin querer), para que votáramos por Juan Manuel Santos; quien luego se convirtió en el peor gobernante de Colombia y traicionó a su mentor en aras de entregarle el Establecimiento y la agenda, al terrorismo basado en una falsa paz, con el fin de obtener un inmerecido reconocimiento desde Oslo, Noruega.

Otra muestra, es que por insinuación de Uribe, llevamos al hoy presidente Iván Duque, al Solio de Bolívar.

Uribe acudirá al llamado de la Corte, consabido que por lo que se le acusa, fue un revés que él mismo “orquestó” al solicitarle a ese mismo tribunal que se investigara al senador Iván Cepeda Castro, por manipulación de testigos. Cepeda, un habilidoso hombre sin escrúpulos, que se ha paseado por todas las cárceles del país comprando falsos testigos contra Álvaro Uribe, logró convencer a los Magistrados, para que esa solicitud de Uribe, se le devolviera sin limitantes y sin miramientos de su condición de expresidente, y lo logró con oscura complicidad.

Las marchas que hoy se efectúan en diferentes ciudades de Colombia, y las convocadas para el venidero martes, cumplirán su objetivo cual es apoyar al exmandatario Álvaro Uribe, pero se equivocan quienes piensan que esas mismas manifestaciones lograrán cambiar el rumbo de la determinación de los jueces de Uribe; determinación que uno ingenuamente pensaría que se daría en derecho, y no en lo político.

Aquí lo triste, y como ya lo advirtió en su momento la periodista Vicky Dávila, será la Corte la que determine (a su conveniencia), cual es el verdadero Uribe, el héroe o el villano.

El país y el mundo estamos expectantes sobre lo que pueda suceder, aun cuando para ellos (los togados) ya las cartas están echadas, nada cambiara en estas próximas horas, el entramado que tiene la justicia y los ultra enemigos de Uribe, para perjudicar al exmandatario.

Esperemos a que se abra el telón.

*Asesor y consultor

@Grajalesluise

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