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lunes, 7 de mayo de 2018

Iván Duque, es la esperanza. Por Emerson Grajales Usma*


 Iván Duque, es la esperanza


Por Emerson Grajales Usma*



De acuerdo a las últimas encuestas, el candidato del Centro Democrático, Iván Duque, respaldado por su programa de gobierno, avalado por su denotada juventud, y su resaltante carisma, muy factiblemente lograría la mayor voluntad del Constituyente primario en primera vuelta, este 27 de mayo.

Duque, viene presentando a lo largo y ancho del país, su programa de gobierno y su denotado liderazgo, pues son prenda de garantía para gobernar a Colombia, un país que se encuentra inmerso en el peor flagelo de corrupción y desgobierno de toda su historia. Las instituciones del Estado, todas; se encuentran en elevado grado permeadas por ese flagelo que exige de inmediato, una gruesa dosis de mano fuerte.
Con base en los últimos sondeos de medios de comunicación, entre otras empresas; Iván Duque, con su formula vicepresidencial, la ex ministra de Defensa Marta Lucía Ramírez, encabeza la preferencia de intención de voto.
La consulta interpartidista realizada conjuntamente de dos movimientos políticos y cinco precandidatos, con las elecciones del Congreso, generó mayor conocimiento en cada uno de los candidatos, que hoy aspiran a ocupar el solio de Bolívar desde el venidero 7 de agosto y que permitió que los votantes evaluaran las capacidades, para rescatar el País de las manos criminales y corruptas en que hoy se encuentra.
Sin embargo, Iván Duque, según las mismas encuestas, supera a Gustavo Petro, por amplio margen, lo que nos permite advertir desde ya,  la llegada, muy seguramente de las adhesiones para ambos candidatos, pero, con mayor entusiasmo para el candidato de la coalición de centro derecha.  
Aquí, las bases conservadoras, que ya han mostrado su “separación” de los congresistas azules que se vendieron al presidente Juan Manuel Santos, para que apoyara su candidato de bolsillo Vargas Lleras; han reafirmado su apoyo al candidato Iván Duque.

Dentro de los programas innovadores del candidato del Centro Democrático y el Partido Conservador, está la restauración del tejido social, el freno a la edad de pensión que hoy está en riesgo de los matemáticos que insinúan la necesidad de aumentarla; la recuperación de la salud que hoy está judicializada; la estabilidad en el sector educativo y el mejoramiento en la educación superior, en especial para aquellos jóvenes que aún no tienen acceso a una universidad; y devolverle al campo al hombre trabajador de la tierra, para que el sector rural, cuya brecha con el gobierno actual, no les ha permitido, contribuir como debiera ser, al Producto Interno Bruto, hoy “minado” por los cultivos ilícitos, cuyas hectáreas se dispararon al amparo de los negociados en La Habana entre el grupo narco terrorista de las Farc y el nefasto gobierno de Juan Manuel Santos.   

A tener un mejor país, donde las presentes y futuras generaciones, puedan vivir; a eso le apuesta nuestro próximo presidente Iván Duque.

No podemos, los colombianos de bien, permitirle a uno de los candidatos del continuismo, o a los aspirantes del terrorismo, o a los postulados con la peligrosa “gasolina” de la producción de drogas; que lleguen al poder y conviertan al nuestro, en un país con las mismas condiciones que tristemente vive, nuestra vecina Nación de Venezuela. Iván Duque, encarna esa esperanza que hoy abrigamos los colombianos en él.

*Asesor y consultor


@Grajalesluise

Tangas en campaña, columna de Juan Lozano en Réplica.


Tangas en campaña

Por Juan Lozano*


Lo que es indebido, en mi opinión, es que se transgreda la dignidad femenina usando las miniaturas reveladoras de las tangas para atraer la atención de los transeúntes sobre asuntos que nada tienen que ver con las mismas tangas. Lo que molesta es que no sean activistas espontáneas. Lo que es reprochable es que medie un pago. Lo que choca es que desfilen las tangas en lugares en los que no se llevan tangas.

Que unas mujeres en tanga repartan volantes de publicidad política no tendría dificultad si espontáneamente un grupo de entusiastas militantes de una campaña, sin remuneración a cambio, en una playa en la que estuvieran disfrutando de un día de sol, decidieran hacerlo. Cada cual, en tanga o en esmoquin, en ruana o guayabera, con escote hasta el ombligo o con cuello de tortuga, tiene todo el derecho de repartir la publicidad del candidato de sus afectos.

Incluso, si una candidata decidiera hacer su campaña en tanga, sería su propia decisión y los votantes podrían juzgar con su voto esa apuesta. Pero un contingente de muchachitas en tangas estampadas con publicidad de un candidato (con las que nadie ha podido hablar para saber en qué circunstancias y con qué incentivos o retribuciones emprendieron su destapado proselitismo) exhibiéndose con fines electorales, ciertamente desdicen de la campaña.

Por mi parte, le creo a Germán Vargas Lleras que su campaña no tiene ninguna relación con esa estrategia y que la rechaza tajantemente. Como lo afirma en su comunicado, su campaña ha adelantado un intenso trabajo en torno de 27 juiciosos documentos programáticos que no necesitan de ninguna tanga para enriquecer el debate público.

“Mi familia está integrada por mujeres. El país no puede darle crédito a esta campaña sucia. Jamás haría un acto que degrade a la mujer. Sería tanto como hacerlo contra mi hija, Clemencia, o mi esposa Luz María”, concluye Vargas Lleras al tiempo que le pide al Consejo Nacional Electoral investigar el episodio, el mismo día en el que el Consejo Electoral estaba dando una dura batalla para que no se pierdan los famosos 5.000 millones de anticipos que las Farc están manejando en cuenta privada después de retirarlos en extrañas circunstancias del Banco Agrario.

Tampoco creo que Iván Duque haya montado esa grotesca pasarela. Duque es hombre serio y decente, leal contradictor y afilado polemista. Duque avanza en el primer lugar de las encuestas para primera vuelta, y la disputa álgida de la campaña está girando en torno del segundo cupo para la segunda vuelta entre Vargas Lleras y Petro, aunque Fajardo mantiene un registro importante. Y no creo que esta sea una treta de la campaña petrista. Petro crece y crece, conectado eficazmente con gruesas capas de la sociedad, sin necesidad de tangas.

Que el CNE investigue si les pagaron y quién les pagó a las chicas de marras. Y que los equipos de campaña obren con responsabilidad y pulcritud. Tan inaceptable es urdir un montaje como aprovecharlo deslealmente en las redes con fines electorales. Las normas éticas y de juego limpio que los candidatos se han comprometido a aceptar deben aplicarse, sin excepción, en el manejo de sus redes sociales y de sus brigadas digitales.

Y por culpa de las tangas se perdió el foco en una exigencia que no debe tener color político ni distingo de partido: la protección de la vida de los candidatos. Todas las amenazas, independientemente de a quién se dirijan y de dónde vengan, deben motivar un rechazo unánime y generalizado.

Ante amenazas ciertas como las que se han revelado en la última semana contra Iván Duque y Gustavo Petro, muy mal hacen quienes las minimizan o tratan de restarles importancia. Es una infamia irresponsable sugerir que los candidatos se están autoamenazando para victimizarse.

Ojo. Que las tangas no nos distraigan de los asuntos cruciales ni de los debates fundamentales que aún se deben dar.

*Exministro de Estado

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