Compromiso social del Semanario virtual RESCOLDO COLOMBIA
RESCOLDO, NACIÓ CON EL FIN DE PUBLICAR LO QUE LOS GRANDES MEDIOS QUIEREN TAPAR. NUESTRA INDEPENDENCIA NOS HACE OBJETIVOS. BIENVENIDOS
domingo, 22 de marzo de 2020
"Ese mismo dolor, es el que estamos viviendo todos los conciudadanos conjugado, lógicamente, con un insondable desasosiego"
Por Emerson Grajales Usma*
Asistimos por estos días a una crisis de salubridad a
nivel mundial, cuyo monstruo es aun, bien desconocido para todos. El
coronavirus.
Pero me voy a referir en esta columna al tema social,
solidario y trascendental por demás, al que este caso eventual, nos ha llevado
en lo humano.
Ese raro virus, ha logrado dos cometidos. Uno, el de
llevar la pandemia a todo el mundo, brote que se registró en Wuhan, China y que
ha hecho metástasis en más 171 países. Y dos; el miedo que ha logrado “calar”
de entre todos los seres humanos en el mundo.
En lo que a Colombia respecta, el nuestro ha sido un país
que “afortunadamente”- y lo escribo entre comillas-, la pandemia nos llegó de
manera tardía, esa podría ser una gran ventaja para que hubiéramos, todos,
gobierno, médicos y ciudadanos; haber tenido la oportunidad de conocer otras
reacciones de diferentes países como la propia China, de donde salió la
epidemia y de los procedimientos médicos donde han logrado, mínimamente,
disminuir el riesgo de transmisión – humano a humano.
Muchos critican al presidente Iván Duque, por sus
constantes consultas con médicos, especialistas y epidemiólogos y hasta con
quienes hoy son unos héroes en otros países por haber ayudado (y están
ayudando) a combatir este extraño enemigo. Es normal.
Ningún gobierno en el mundo estaba preparado para asumir
un reto tan grande como el que hoy nos ha tocado vivir en carne propia. A
propósito, me partió, literalmente, el corazón ver en su alocución al
Mandatario de los colombianos el viernes 20 de marzo en la noche, cuando
anunció un prolongado confinamiento por la epidemia que irá desde este martes a
las 23:59 hasta el 13 de abril a las 00:00; en la que mostraba una imagen
rebosada en dolor y con las lágrimas forzadamente impedidas para que brotaran.
Ese mismo dolor, es el que estamos viviendo todos los
conciudadanos conjugado, lógicamente, con un insondable desasosiego.
Los “salvavidas” económicos que ha lanzado el presidente
Duque, como era de esperarse, están rodeados de aprobaciones y desaprobaciones.
No debiera ser así por la crisis sobre la que solo comprometiera imanar al país
a la solidaridad y a rodear al Ejecutivo con aportes idearios que busquen
debilitar la grave situación. Todos los estratos sociales, léase bien, todos
los estratos sociales, empresariales, y hasta los comerciantes grandes,
pequeños e informales, están muy dentro de ese paquete de medidas que Duque ha
condonado para mitigar la situación socioeconómica que ya está viviendo nuestra
nación.
Se avecinan semanas colmadas de turbulencia, y ahí, como
una prueba impuesta por el microscópico enemigo, debemos impregnarle toda
nuestra inmensa sabiduría que no debe permitir más temores que actos
inteligentes y oportunos.
De alguna manera, no puedo ocultar mi impotencia
frente a la fragilidad de la especie humana. Todos estamos en riesgo.
*Asesor
y consultor
@Grajalesluise
lunes, 16 de marzo de 2020
"La Merlano, tienen otro tinte, y es el de su oscuro trasegar por la política, el cual cabalgó sobre agigantados alcores de dinero para comprar los votos que la llevaron al Congreso"
Por
Emerson Grajales Usma*
Cuando digo que “nos cambiaron de tercio”, lo hago porque
considero que el muy vigente y preocupante Coronavirus ya citado hasta de entro de las cobijas propias de las parejas, ya está rebosado tanto en
exposición, como en información para la respetable audiencia.
Por las actuales calendas, el tema mundial de “moda”, se
convirtió en una cortina de humo para conocer a fondo las graves denuncias, en
el caso de Colombia, de la prófuga excongresista Aída Merlano en contra de
figuras públicas de la Nación. Su débil ventilador ha hecho el intento de
salpicar a respetables congresistas y hasta llegar a chapotear al mismo
presidente Iván Duque Márquez y al jefe natural del partido Centro Democrático
Álvaro Uribe Vélez.
La Merlano, en muy mal momento, entregó declaraciones
desde el vecino país de Venezuela, a la controvertida periodista colombiana
Vicky Davila. En el reportaje, vemos a una excongresista colmada en mentiras y
aferrada a un libreto que pareciera escrito por el dictador venezolano Nicolás
Maduro.
A primera vista, en las imágenes con la comunicadora
social, se capta a una mujer sobrada en presentación personal y con una figura física
totalmente fresca, menos cansada y con ínfulas de poder, bien diferente a la que
vimos en el consultorio desde donde escapo, cinematográficamente, estando
condenada por corrupción electoral, cuando simulaba una cita odontológica en el
norte de Bogotá. Y una imagen bien distinta a la que muestran los presos
políticos de ese país, donde se aprecian vencidos en cansancio y aporreados también
por la rejas de las frías celdas que si bien no matan, si consumen a quienes están
conminados por una condena culpables o inocentes.
Pese haber sido una escena frustrada para la izquierda
burda de Colombia y que hubiera sido bien taquillera y “explotando” políticamente
tanto a sus protagonistas como a sus antagonistas; esperaban un buen desenlace
propio de las apologías de Gustavo Bolívar a los criminales de este país,
incluyendo a su mentor que hoy posa también de senador; pero fue un acto fracasado
al que pareciera haberle dado inicialmente la pandemia.
Y pese a que son solo cuentos de pasillo, de faldas y de
gente inescrupulosa, corrió la Merlano, con tan buena suerte que una tal
revista Semana, replicó su falsa historia mostrando las declaraciones bañadas
en fantasía sin investigación alguna con espeso profesionalismo como debió ser.
Pero, si miramos a profundidad, el cometido de las
timadoras declaraciones de la excongresista Aída Merlano, dejaron un sinsabor
en los colombianos hasta tal punto, que aún nos preguntamos:
¿Hasta a dónde ha llegado la otrora “dirigente”
conservadora con sus falacias? Y ¿cómo fue su vertiginoso ascenso para
encontrar química con el dictador venezolano, hasta el punto de hacer, algo así
como, un trueque de su libertad a cambio de enlodar al gobierno colombiano y a
su mentor?
Seamos claros. La entrañable amiga de Julio Gerleín Echavarría,
tiene mucho por contarle al país, pero lo que hoy esboza, es un libreto que le
permite a su bolivariano “creador”, cobrarse por ventanilla el apoyo del
gobierno Duque, al presidente interino de Venezuela Juan Guaido.
Las indiscutibles verdades que tiene que divulgar la
Merlano, tienen otro tinte, y es el de su oscuro trasegar por la política, el
cual cabalgó sobre agigantados alcores de dinero para comprar los votos que la
llevaron al Congreso en calidad de senadora, sin circunspección alguna.
*Asesor
y consultor
@Grajalesluise
"El cierre propuesto, Colombia entera lo aprueba a pupitraso limpio como medida permanente pues, el Congreso, es un foco de contagio mayor que el coronavirus y se llama corrupción"
Por
Alberto Zuluaga Trujillo*
En la memoria escrita de
la cultura occidental, ninguna epidemia nos ha marcado tanto como la “peste
negra” que, a mediados del siglo XIV, mató en tres años a la tercera parte de
los habitantes de Europa, una diezma poblacional más que desastrosa. Como era previsible
e inevitable, llegó a nosotros el coronavirus (Covid 19) descubierto y aislado
en Wuhan, China, tras provocar la emergencia global que ya afecta a no menos de
100 países, llegando a nuestra región el pasado 26 de febrero.
Su
rápido crecimiento ha disparado alarmantemente su contagio que, según la OMS,
en al menos cinco países latinoamericanos ya se han registrado ejemplos de
transmisión local. Los contagios iniciales se dieron en lugares con frecuentes
conexiones aéreas a China, siendo la lejanía con el epicentro de la epidemia,
la provincia china de Wuhan, la que protegió a América Latina de la explosión
inicial, pasando igual cosa con los principales focos secundarios como Italia,
Irán y Corea del Sur, siendo estos tres países con China, los diseminadores en
Europa y Asia del contagio que tiene paralizado al mundo.
Los
mercados financieros de estos dos continentes han venido cotizando a la baja y
difíciles han sido las jornadas en Wall Street, a más de las medidas como el cierre
de fronteras, adoptado por varias naciones. El país que más preocupa en el
continente es Estados Unidos, que acumula 871 casos y 32 muertes, obligando a
las autoridades a tomar restrictivas medidas de seguridad.
Justo
hace ciento dos años la humanidad enfrentaba una epidemia mundial llamada
“influenza española”, que era igualmente un coronavirus surgido al parecer en
granjas de Estados Unidos y que luego fue llevado a Europa por soldados
contagiados que iban a combatir en la Primera Guerra Mundial. En ese entonces
el contagio entró por Francia cobrando la vida en tres años, de por lo menos 50
millones de personas.
Todo
lo que hagamos será poco para frenar la expansión de tan preocupante virus,
declarado ya pandemia y cuyo mayor riesgo es para personas mayores de 60 años.
A mayor edad, mayor riesgo. Pero llama la atención dentro de nuestro
folklorismo nacional, la propuesta de algunos congresistas al iniciarse hoy las
sesiones ordinarias de la actual legislatura, de cerrar el Congreso por temor
al contagio del coronavirus, amparados en la resolución 0017 del Ministerio del
Trabajo, que recomienda “minimizar las reuniones y propiciar la comunicación
por medios virtuales que no impliquen interacción directa persona a persona y
mantener una distancia mínimo de un metro dentro de los asistentes”.
Olvidan
los proponentes que uno de los mayores contagios son los billetes, razón más
que suficiente para no volverles a pagar pues exponerse, al contar 42 millones
cada mes de tan sucio dinero, es un riesgo que los colombianos debiéramos
evitarles. El cierre propuesto, Colombia entera lo aprueba a pupitraso limpio
como medida permanente pues, el Congreso, es un foco de contagio mayor que el
coronavirus y se llama corrupción.
¿Habrá conocido Colombia peor contagio de tan nociva enfermedad?
alzutru45@hotmail.com*Excongresista de la República
domingo, 15 de marzo de 2020
Informe especial BBC
Coronavirus: cómo se compara la
tasa de mortalidad del covid-19 con otras enfermedades infecciosas
Desde que comenzó a propagarse el coronavirus
covid-19, en diciembre del año pasado, una de las grandes preguntas que ha
mantenido ocupados a los expertos y a las autoridades sanitarias es cuán mortal
es esta nueva enfermedad.
Según las últimas cifras publicadas
por la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el 25 de febrero ha habido más de 78.000casos confirmados con alrededor de 2.400 muertes.
La tasa de mortalidad general, de
acuerdo con el estudio más completo sobre el brote realizado por el Centro
Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades (CCDC), es de un 2,3%, siendo las personas mayores de 80 años las que corren más riesgo, con un índice de mortandad del 14,8%.
Pero ¿qué significan realmente estos números y cómo se pueden comparar
con otras enfermedades infecciosas?
La investigación del CCDC asegura que
alrededor del 80,9% de las
infecciones del nuevo coronavirus se clasifican como leves, el 13,8% como graves y solo el 4,7% como críticas, lo que incluye insuficiencia respiratoria y multiorgánica, y shock
séptico.
Ante estas cifras, el presidente de la
OMS, Tedros Adhanom, ha señalado que el covid-19 no
es tan mortal si se compara con otros coronavirus antes registrados, entre
ellos el SARS y el MERS.
El riesgo de muerte en el caso del SARS, por ejemplo, fue mucho mayor
cuando surgió el brote en 2003, con alrededor de un 10%
de tasa de mortalidad (de los más de 8.000 casos, hubo
774 muertes). Mientras que con el MERS fue de entre el 20%
y el 40%, dependiendo del lugar.
Benjamin
Cowling, profesor de Epidemiología de la Universidad de
Hong Kong, le dice a BBC Mundo que el covid-19 es "definitivamente menos
grave que los otros coronavirus".
El académico, además, apunta que es
probable que la tasa de mortandad sea aún menor a lo que se ha dicho hasta el
momento, pues se cree que hay muchas personas infectadas que no han sido
consideradas.
"Eso significa que realmente la tasa puede ser
inferior al 2% porque el número de contagios en
nuestro cálculo no es tan grande como podría ser", afirma.
"Lo que los epidemiólogos estamos tratando de averiguar actualmente
es cuánto podría cambiar ese número en el futuro, cuánto podría aumentar, aunque es muy difícil hacer predicciones porque
aún es muy alta la incertidumbre", agrega.
Sin embargo, aclara que, al existir
una mayor cantidad de casos, la totalidad de las muertes a causa de esta nueva
enfermedad terminará siendo mucho mayor que en casos como el SARS.
"Cada infección es menos grave, pero en promedio causará muchas más
muertes que el SARS pues este coronavirus es mucho más fácil de propagar",
explica.
¿Y qué pasa si lo comparamos con la
influenza?
Como panorama general, se puede decir que la
cantidad de muertes causadas por el covid-19 hasta ahora es muy baja si se
compara con la mortandad que causa anualmente la conocida enfermedad
respiratoria llamada influenza.
Un análisis de los Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades (CDC) señala que solo en Estados Unidos un 8% de su población (lo
que representa alrededor de 26 millones de personas) se contagia con esta
enfermedad cada año.
De ellas, mueren aproximadamente 14.000. Y
aunque este número sigue siendo bastante mayor que el de las muertes por el
covid-19 (poco más de 2.400 hasta el momento), la tasa de mortandad es
muchísimo menor: 0,05%.
Aún más: estudios globales sugieren que la tasa en el mundo
(y no solo en Estados Unidos) de muerte por influenza es solo de un 0,01%.
"Si se compara el coronavirus con la
gripe, podemos ver que el covid-19 es alrededor de 10 veces más grave en promedio pues
la mortandad en la influenza es muy baja, solo una persona de cada 10 mil puede
morir", explica Cowling.
El académico agrega que, debido a esto, muchos epidemiólogos
están preocupados. "Es un gran desafío y justifica muchas de las acciones
públicas que hemos visto hasta ahora", dice.
Por otra parte, Cowling asegura que, en el caso
de la influenza, es "muy improbable" que muera una persona sana y joven. Mientras
que con el coronavirus, ya ha habido algunos de estos casos (aunque son los
menos: hasta los 39 años, la tasa de mortalidad es del 0,2%).
"Hemos visto que trabajadores de la salud en Wuhan
(China), como el doctor Li Wenliang, de solo 33 años, han muerto. Si pensamos
en la influenza, eso es muy improbable, no esperamos que una persona sana de 33
años muera. Entonces nos preocupa", señala.
Otras infecciones
más peligrosas: rabia y ébola
"La
rabia tiene una tasa de mortalidad de aproximadamente un 95% mientras que
el ébola, de un 50%. Estas son enfermedades
muy serias, definitivamente más graves que el coronavirus", indica
Cowling.
Aun así,
el académico agrega que la propagación de estas enfermedades no es tan efectiva
como la del covid-19.
"Los
virus que son demasiado exitosos en matar a gente no se contagian con
facilidad. Por lo tanto, no esperamos que ocurran pandemias mundiales de esas
infecciones graves", dice.
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