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domingo, 27 de mayo de 2018

"El futuro lo marcaremos hoy" Por Emerson Grajales Usma*


El futuro lo marcaremos hoy

Por Emerson Grajales Usma*


La jornada electoral de hoy, debe servirnos como la hoja de ruta, no solo para los venideros cuatro años, sino también, para el futuro inmediato del país y los colombianos.

Nos encontramos en medio de las más insospechadas situaciones de crisis y pánico, no sólo a nivel interno, también con incomodos vecinos que nos tiene casi que en jaque. Caso de Venezuela, del que en Colombia, Gustavo Petro ha querido emular en su nefasto estilo de “gobernar” a la sombra de un impuesto régimen heredado de Hugo Chávez, pero impuesto con más rigidez, por el orate de Nicolás Maduro.

Precisamente, hace ocho días, que Maduro, “convocó” de manera rápida y con un fuerte tufillo, a unas elecciones atípicas a las que sólo se presentó él para luego decir que si la oposición no inscribió candidato, no era su ´problema porque el proceso de elección o reelección estaba socorrido por medidas meramente democráticas. Vaya burla, pero se nos atornillo de nuevo en El Miraflores.

En Colombia, no somos precisamente la excepción. El presidente Juan Manuel Santos, como dijera Fernando Londoño, en su columna que le sirvió de forzado retiro a sus escritos en el sesgado diario El Tiempo. “Son desconcertantes las similitudes entre el itinerario delincuencial de Samper por conseguir la Presidencia de la República y el de Santos para preservarla y sumarle la gloria, la fama, la apoteosis romana que le abrieron a su codicia ilimitada”.

Santos, se les entrego a los mejores postores, a las Farc, y de paso, nos puso a los colombianos en bandeja de plata ante semejante engendro narcoterrorista como los son sus actores Timochenko, Iván Marquez, Jesús Santrich, Pastor Alape, Pablo Catatumbo y toda la recua que encierra lo que hoy, sin vergüenza alguna, el Presidente Santos y los medios de comunicación que hoy sirven de recipiente económico de las arcas del Estado, llaman, líderes políticos.

Vaya desafío social en el que nos puso su majestad desde la Casa de Nariño.
Y ni poner al dedillo, lo develado por las autoridades de Fiscalía, cuando detuvieron a Santrich, con fines de extradición a los Estados Unidos. (Ahí estamos en deuda con el Presidente Trump). Estaba negociando la media “bobadita” de diez toneladas de cocaína que cubrirían el mercado callejero norteamericano.
Y con todas las pruebas, la malnacida JEP, le pudo el palo a la rueda, y la Iglesia católica, que hoy pareciera ser complaciente con el mercado del narcótico, le echa la bendición, guardando en sus otrora “sagrados sitios” al asesino de las Farc.

El de hoy, pues, es un día determinante para el país. No existe candidato alguno, diferente a Iván Duque, que nos pueda ofrecer el restablecimiento de la separación de poderes, ningún candidato que nos pueda mostrar el sendero para retomar la paz con base en justicia y la no impunidad; y no en otro negociado al amparo de los idearios marxistas de los Castro o de Maduro.

Iván Duque, representa confianza, optimismo y sensatez para devolvernos la tranquilidad sobre el espeso colchón de una paz duradera y retirarnos del pánico al que nos lleva al vaivén de una campaña con oscuros recursos como los que ostenta el candidato de la Bogotá Inhumana.  

No vale la pena hablar de las otras cartas de las Farc, porque considero, sería llover sobre mojado a lo que también representa Petro. Me refiero a un De La Calle, máximo inspirador de la burla al país; y menos de Vargas Lleras, quien pese a haber sufrido dos atentados terroristas y conociendo su procedencia; no fue capaz de separarse de la posición de Santos, y terminó confabulado con el crimen, con el fin de buscar llegar al poder, como similitud a Samper y Santos, así tenga aliados con las manos manchadas de sangre.

Por eso hoy debemos marcar la diferencia. El futuro lo marcaremos votando por Iván Duque. 

*Asesor y consultor 
@Grajalesluise

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