Por Emerson Grajales Usma*
Con el domingo de resurección, finalizamos la semana Santa en
medio de la más profunda crisis sanitaria; por cuenta del coronavirus. No
quiero citar ni el número de contagiados ni mucho menos, el registro de muertes
por la pandemia a nivel mundial, pues son conmovedoras las cifras.
En el plano nacional, el panorama no es diferente al del
resto del mundo, salvo en el bajo registro que entrega el Instituto Nacional de
Salud, a través del ministerio de sanidad, sobre los casos de epidemiología y
las vitales pérdidas humanas que, repito, si bien no son alarmantes a
diferencia de las de Nueva York, España, Francia o la misma China, esta última
Nación “suministradora” del virus; si son preocupantes.
El gobierno nacional, y tengo que decirlo con mucho orgullo, ha estado a
la altura de la emergencia sanitaria y de los daños o debilidades colaterales
como la economía interna, y la enorme preocupación para
el Ejecutivo al ver caer en sus propios ojos la estratificación al piso. Ahora,
todos somos estrato uno.
Pero el Mandatario, no ha sido indiferente ante ese
deterioro en todos los estratos. Tanto así, que se ha dedicado igualmente a
buscar evidenciar la población más vulnerable en cada escenario, y digo más
vulnerable porque se ha logrado identificar con suprema urgencia a quienes
desde meses atrás están registrados en bases de datos de ayudas económicas. Y
por otro lado, el presidente Duque, viene trabajando afanosamente en habilitar
ayudas para otros sectores de la población como lo son los independientes, los
vendedores informales y hasta con los artistas del país. Para seguir su camino
en “tirar salvavidas”, ha acudido a la figura de “ingreso solidario”; la que ha
llegado a otro grupo poblacional bien urgente.
La flexibilidad del Mandatario de los colombianos, ha
permitido que millones de ciudadanos accedan con sus inquietudes en todos los
sentidos. El aislamiento obligatorio, como era de esperarse, conlleva a unos matices
insospechados. Pues nunca antes habíamos vivido una experiencia tan amarga y
sufrida como la actual, y que no solo “estalló” en Wuhan, sino que hizo metástasis
en el mundo entero.
El gobierno colombiano, se ha debatido entre quienes
estamos de acuerdo en las medidas sabiamente adoptadas y quienes consideran que
el presidente Duque va mal en lo que al manejo de la pandemia se refiere. Pero
repito, dentro de su leal saber y entender, el nuestro ha sido un gobierno
receptivo y que ha convocado a autorizadas voces, internacionales inclusive; en
temas como la salud y ha escuchado a quienes les ha tocado vivir duras
experiencias por esta crisis en otras naciones.
El “viacrucis” que está viviendo el gobierno del
presidente Iván Duque, no es fácil y menos en momentos en que venía de una
cruel y despiadada embestida de la oposición por el solo hecho de no permitir
que lo sigan presionando para que reactive la “mermelada”, acto grotesco del
anterior gobierno y que hoy quieren que se herede.
De algo estoy seguro, y es que dé está crisis, la que
muchos critican pero a la que no aportan sus detractores; vamos a salir como
Cristo el resucitado. Airosos y con más ganas de servirle al país, y que pese a haber un gobierno que ha agotado todos sus esfuerzos por su entrega para extirpar este mal con las más insospechadas
medidas pero fortalecido para seguir con las más duras acciones con el fin de
frenar el virus inclemente del covid19.
Como lo he hecho a través de mis redes, invito a los
colombianos a seguir apoyando al gobierno Nacional, y a manternernos aislados, para que entre todos evitemos
la propagación del virus.
¡Quédate
en casa!
COLETILLA:
Pregunto
¿Por qué aquellos que convirtieron las arcas de la salud en sus cajas menores
para sus campañas políticas, o las nóminas del sector salud para saldar sus compromisos
con sus “amiguis”, no han salido a dar la cara y a ayudar a cubrir los enormes vacíos
en el sector hospitalario?
No olvidemos que varios funcionarios de la salud, llevan
meses atrasados en sus sueldos y hoy trabajan con sentido humano hasta el punto
de arriesgar su propia vida.
Ahora no me digan que la respuesta es porque uno de ellos
tiene a su esposa enlazada a la Fiscalia General de la Nación, y sus tentáculos
permiten desvincular cualquier proceso por su alto grado de progenie, de la
justicia colombiana. Este tema es igual o peor que los actos de corrupción de
Odebrecht.
*Asesor
y consultor
@Grajalesluise