El
comienzo del fin
Por Emerson Grajales Usma*
Nunca he escrito con tanto
sentimiento como veo que hoy lo voy a hacer por tratarse de dos temas bien
sensibles que han logrado debilitar mi ánimo y se han clavado en lo más
profundo de mi alma y tiene al borde del colapso, mi corazón.
El 14 de junio de 2016, el
ser que más he adorado (y seguiré adorando) que es mi Madre, ingresó de
urgencia por una infección urinaria a una clínica de la ciudad de Pereira.
Fueron cerca de 46 días que los médicos entregaron toda su capacidad y
profesionalismo para salvar su vida, luego que una bacteria se le asentara en uno de sus órganos y acabara con su vida el
31 de julio del mismo año.
A mi madre, le agradezco que
contribuyera con mi estudio de periodismo, pues en medio del abandono al que
fue sometida por mi progenitor, le correspondió con sobrada valentía, seguir
adelante para lograr sobrevivir.
No dejo de reconocer que
todos, en absoluto todos los médicos, enfermeros y hasta el director de la
clínica, hicieron considerables esfuerzos de manera infructuosa por devolvernos
a nuestra Matrona con vida.
Un año antes, otros galenos
no menos profesionales, le diagnosticaron a Myriam, mi compañera de todas las
luchas por 12 años, un cáncer con el que libró una dura batalla por más de 24
meses y que este 17 de enero, segó su vida. De nuestra relación, muy hermosa
por cierto, no quedaron hijos; pero de su triste muerte, le sobreviven tres
preciosos hijos jóvenes de su primer matrimonio: Yuhana, Marcela y Juan David-
Con ellos, compartí hermosos momentos y llevamos una relación muy cordial.
De Myriam, aprendí cosas
hermosas como ella igualmente de mi y hablaba sobre mí, sobre mis columnas de
opinión que publicaba en diarios regionales y nacionales. Se las leía a mi
Madre. Hablaba sobre mis logros. Me acompañó en giras políticas sin ninguna restricción.
Como mi progenitora, se sentía orgullosa de mi vida diaria.
Con Myriam, tomamos la
determinación que ante la grave enfermedad de mi Madre y el delicado
diagnostico de ella; se iría a llevar su penosa enfermedad al lado de sus hijos
apoyada aquella triste decisión también ante mi cesante actividad laboral.
Como pueden ver, la ordalía que
hoy me cubre, evidentemente conjuga a la perfección con mi insondable soledad.
Todo esto, me ha llevado a
pensar, que tanto la muerte de mi adorada Madre, como la de Myriam a tan
temprana edad, podría ser el comienzo del fin.
*Asesor
y consultor
@Grajalesluise