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domingo, 28 de junio de 2020

"No podemos tapar el sol con las manos si decimos que este hecho es aislado o perpetrado por un puñado de “manzanas podridas”"



La sexualización de la guerra

Por Emerson Grajales Usma*


Un duro golpe a la dignidad del Ejército, del gobierno, de la sociedad y de la misma niñez, se dio este lunes, cuando conocimos que siete soldados regulares violaron a una infanta de tan solo 14 años, integrante del resguardo indígena embera chamí, del municipio de Pueblo Rico, en el departamento de Risaralda.

Pero antes de entrar en materia, este caso, deplorable por la ignominia de sus autores; riñe con el sentimiento de aprecio y cariño que lleva a la praxis el gobernador de este departamento con las comunidades indígenas, toda vez que fue precisamente el dos de enero del año que avanza, cuando una menor de la misma comunidad nativa, fue la que le impuso la banda gubernamental al nuevo mandatario de Risaralda Victor Manuel Tamayo.

No podemos tapar el sol con las manos si decimos que este hecho es aislado o perpetrado por un puñado de “manzanas podridas”, cuando ya existen graves registros en las filas de nuestro Ejército Nacional. Solo basta con mirar el devastador informe de “Sisma Mujer” que dan cuenta de la participación de la fuerza pública en los indicadores de violencia sexual contra las mujeres y anualmente evidencian el crecimiento de esta. El boletín 2018/2019 afirma que el 37,95 % de los presuntos responsables de este hecho son agentes del Estado, de este indicador, el 62,16 % corresponde a infracciones cometidas por las fuerzas militares. Si se compara con las cifras del año inmediatamente anterior, los eventos registrados muestran un incremento del 228,57 %.

Si bien la violencia sexual contra las niñas por parte del Ejército no es pues nada novedoso, vale la pena preguntarnos si el aumento de las cifras tiene que ver con las nuevas campañas institucionales de recobrar el honor y la dignidad del cuerpo militar. La antropóloga Laura Rita Segato, habla de la violación como crimen de guerra y menciona características muy pertinentes para esta discusión: es una demostración de la dimensión represiva del Estado contra lo disidente y lo que rompe con la hegemonía de raza. 

En resumen. Las nuevas formas de la guerra, caracterizadas por la informalidad, se despliegan hoy en un espacio intersticial que podemos caracterizar como para-estatal porque se encuentra controlado por corporaciones armadas con participación de efectivos estatales y para estatales. En esa esfera de para-estatalidad en franca expansión, la violencia contra las mujeres ha dejado de ser un efecto colateral de la guerra y se ha transformado en un objetivo estratégico de este nuevo escenario bélico. Se examinan aquí las transformaciones históricas que circundan la informalización de la guerra y la centralidad que asume en ellas una "pedagogía de la crueldad" contra aquéllos que no juegan el papel de antagonistas armados - mujeres y niños - en los enfrentamientos.

Esto tiene mucho que ver con la humillación que representa para una comunidad no poder defender a sus mujeres. Incluso, algunos autores afirman que este tipo de violencia no es “característico” de la presencia de los militares como algunos creemos, y que la sexualización de la guerra hace parte de las estrategias de combate en las guerras modernas, una concepción mucho más sofisticada que retomar el concepto de la mujer como arma de guerra. 

Lamento pues, que integrantes de nuestro glorioso Ejército colombiano, hayan manchado el honor y hubieran sucumbido en tan deplorable acto criminal.
Solo nos queda esperar que se haga justicia con los siete uniformados, pero una justicia que elimine cualquier asomo de beneficio por muy “loable” que se muestren sus tareas, dentro del tiempo de la condena.

*Asesor y consultor

Twitter: @Grajalesluise

"Desafortunadamente las cifras que van en aumento reflejan una realidad que dista mucho de lo que estipulan y prometen las leyes que reposan en los anaqueles del Congreso"


La violencia contra la mujer: un problema de difícil solución

Por Karol Daniela Gutiérrez C*


La violencia contra la mujer es histórica y ocurre en todos los países y grupos sociales, pero, sólo se consideró como un problema colectivo y social desde hace tres décadas aproximadamente; fue la Organización de las Naciones Unidas quienes en 1993 adoptaron la primera definición internacional de violencia contra la mujer, que incluye “cualquier acto de violencia que tenga como consecuencia, prejuicio o sufrimiento en la salud física, sexual o psicológica de la mujer, incluyendo coerción o privaciones arbitrarias de su libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.

La Organización ONU Mujeres, destaca a Colombia como un país que ha ratificado todos los tratados internacionales vigentes para proteger los derechos humanos de las mujeres, y ha progresado significativamente en el desarrollo de leyes para promover y garantizar la igualdad de género.

Algunos ejemplos son; la Ley 882 de 2004 “Ley de ojos morados” que penaliza delitos de violencia intrafamiliar, Ley 1257 de 2008, por la cual se dictan normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y discriminación contra las mujeres, y la Ley 1542 de 2012 que tiene por objeto eliminar el carácter de querellables y desistibles de los delitos de violencia contra la mujer, etc.

Desafortunadamente las cifras que van en aumento reflejan una realidad que dista mucho de lo que estipulan y prometen las leyes que reposan en los anaqueles del Congreso. A veces parecen letras muertas. Así lo demostró el boletín del Observatorio Colombiano para las Mujeres, que coordina la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer.

Corresponde al período medido entre el 25 de Marzo al 4 de Junio, durante el cual los equipos psicojurídicos de la Línea 155 reportaron un incremento del 228% respecto a periodos anteriores, es decir, se pasó de 3.777 llamadas de violencia contra la mujer en el mes de Marzo a 9.123 en Junio. El factor incidente es el confinamiento por el coronavirus que ha obligado a las mujeres a convivir más tiempo con su agresor, esto refleja la grave situación de violencia que persiste al interior de los hogares y estamos hablando solo de aquellas mujeres que se atrevieron a pedir ayuda.

Pese a estas alarmantes cifras, la violencia contra las mujeres y las niñas, puede y debe prevenirse y por tanto debe ser una prioridad en la agenda nacional. Se ha avanzado en legislaciones y normativas para evitarla, y sancionarla, pero ha sido insuficiente. Ahora se deben sumar esfuerzos para implementar estas leyes, transformar los imaginarios que la permiten y evaluar los programas de atención que la combaten. Es un problema de difícil solución, y muy complejo, porque se enmarca en un “continuum” en el que se llega a vulnerar los derechos humanos, afectando inclusive la igualdad y libertad de la mujer.

Es una problemática social que está ligada a la concepción de la feminidad y a los roles asignados a las mujeres en la sociedad, estereotipos, prejuicios sociales, costumbres, y las relaciones de poder en el núcleo familiar en el que prevalece la figura patriarcal etc.., por lo que esta lucha supone un cambio en el imaginario cultural y estructural. Es un escenario que sin duda plantea grandes retos para la sociedad colombiana.

Ñapa: Según ONU Mujeres, el costo de atender las violencias contra las mujeres, niñas y adolescentes representa el 2% PIB a nivel mundial.

*Historiadora
Twitter: @kdagutzc

martes, 23 de junio de 2020

"El general Naranjo, había sido informado de la presencia de un integrante del cartel del Norte del Valle"


Un  General “estrellado”

Por Emerson Grajales Usma*

Con el bochornoso escándalo que enloda a la vicepresidenta Martha Lucía Ramírez, por el caso de su hermano condenado por narcotráfico, acto reprochable hasta por la misma familia; me viene a la memoria otro hecho similar con el retirado General Oscar Naranjo, pero que no tuvo la misma resonancia.

La vida del General Oscar Naranjo Trujillo, ha estado plagada de profundos y delicados casos que van desde supuestos vínculos con narcotráfico, hasta sospechados acercamientos con jefes de grupos paramilitares. Pero esos escándalos, han pasado de largo, sin que se tenga respuesta sobre la razón para que el uniformado hubiera logrado aislarse y continuara con su vida policial y pública hasta el punto de haber sido catalogado como el “mejor policía del mundo” y designado posteriormente, vicepresidente de Colombia, ante la renuncia del titular Germán Vargas Lleras.

Pero miremos la historia que lo llevó a vivir en carne propia un caso de narcotráfico de una persona allegada en alto grado de consanguinidad, que si bien lo he dicho, uno puede escoger los amigos, no la familia, si se presentó en momentos en que el mismo General, libraba una batalla contra el cartel de Medellín y organizaciones criminales, desde la dirección general de la policía antinarcóticos.

Fue precisamente cuando la década del 2016 iniciaba, que Naranjo recibió la noticia de la captura de su hermano Juan David, y que el 4 de mayo de 2007, (un año después), un Tribunal Federal de Karlsruhe (Alemania), condenó a su pariente a 7 años de prisión por posesión de 75 kilogramos de cocaína.

Para aquellas calendas, Oscar Naranjo, se desempeñaba en el organismo policivo, como Director General de la DIJIN, y se encontraba en Pereira en labores de inteligencia, tras el asesinato de Liliana Gaviria Trujillo, hermana del expresidente César Gaviria, homicidio ocurrido a finales de abril de 2006 en Dosquebradas;  cuando el oficial recibió la triste noticia de la captura de su hermano menor.

Los rumores de las conexiones del General Naranjo, con paramilitares como Daniel Rendón Herrera, alias “Don Mario” quien en el 2004 señaló que Naranjo se reunió con el conocido y temido narcotraficante Miguel Arroyave en el Meta, y que habría una segunda cita que se frustró con el asesinato de Arroyave. También hubo fuertes cuestionamientos por detenciones de personas, en forma masiva y sin evidencias. Es decir, hizo efectivos operativos conocidos como “falsos positivos”.

A comienzos de la década del dos mil, el general Naranjo, había sido informado de la presencia de un integrante del cartel del Norte del Valle en la capital de la República, cuando el oficial se encontraba en el exclusivo centro comercial Andino, al norte de Bogotá en el sitio El Pomeriggio; pero hizo caso omiso a la advertencia. Esta actitud, lleva a pensar que efectivamente y como se ha dicho en voz baja; que el hoy ex vicepresidente, si pudo haber tenido contacto con narcotraficantes de esta parte del país.

La vida del General Naranjo, por estos días se evidencia parcialmente en una serie para televisión, donde se muestran sus logros pero se omiten sus actuaciones oscuras y que lo llevaron a ser el oficial más cuestionado de los que se haya conocido en la policía de Colombia en el cargo de Director General, y que hoy sus estrellas, parecieran opacadas como su misma hoja de vida.

*Asesor y consultor
Twitter @Grajalesluise  

viernes, 5 de junio de 2020

"Roy Barreras, es un ser sin escrúpulos, despreciable y que solo nos permite ver con insondable pánico, las orejas del lobo"


El compadre con orejas de lobo

Por Emerson Grajales Usma*


Triste ver como los intereses económicos prevalecen sobre los principios de los seres humanos.

Por estos días asistimos a un show mediático y que apunta a llegar a los estrados judiciales por imputaciones sin cimiento alguno hacia el gobierno Duque, inclusive. Acusaciones orquestadas por el “impoluto” senador Roy Barreras, también en contra del padrino de su hijo; el expresidente Álvaro Uribe Vélez.

El senador del partido de la U, en los últimos días entra presumiendo del poder que viene captando a través de personas muy cercanas y hasta en elevado grado de consanguinidad sumando el alto cargo de su esposa en la Fiscalía General de la Nación. En su más reciente visita (antes de la cuarentena), que hizo a la norteña localidad de Cartago en el Valle del Cauca, le dijo a unos amigos suyos que compartían con él en el exclusivo hotel Mariscal Robledo; que estaba muy feliz por la designación que el nuevo Fiscal Francisco Barbosa, le había hecho a su esposa y que “eso me da tranquilidad para bajar las injusticias contra mí”.

Así las cosas, es una apreciación de graves e inimaginables proporciones si observamos que lo que él (Roy), está conjeturando es del engrosamiento de sus tentáculos en el poder judicial, por qué ya de sobra, los tiene en el legislativo.

Y es que Roy Barreras, es un ser sin escrúpulos, despreciable y que solo nos permite ver con insondable pánico, las orejas del lobo.

Visitar el Valle del Cauca, y escuchar las atrocidades que se dicen del desteñido Congresista Barreras, le pone a uno la piel avícola. Y es que los palpos que posee en el sector salud, le permite hacer y deshacer lo que se le venga en gana en esta parte del país, hasta llevar a ese sector, a cuidados intensivos, como ha quedado evidenciado en esta pandemia, donde los faltantes en los centros médicos, están a la orden del día.

A Pereira llegó Roy Barreras, con el propósito de buscar adeptos a su reelección al Congreso, y se encontró con un “tempano” al advertir que en esa ciudad se vociferaba desgarradamente de sus “pilatunas” en detrimento del erario, en especial el del sector salud. Pero habido de su capacidad para torcer posturas lógicas, le apostó a sacar del camino a periodistas y les propuso que aspiraran a cargos por elección popular, hasta el punto de acompañar la invitación con gruesas sumas de dinero que partieron desde cincuenta millones de pesos por candidato. Por fortuna, la gente en Risaralda tiene un 20/20 más definido que el que tristemente poseen los habitantes del Valle, que como borregos, asisten a las urnas alucinados por el vil metal que todo lo corrompe, o por una teja o un tamal comprados con dineros de la salud pública.

No puede ser precisamente el Senador Roy Barreras, quien venga ahora con elevada dosis de ingratitud a blasfemar del expresidente Álvaro Uribe Vélez, ni mucho menos de sus dos gobiernos; cuando Roy se valió de esos periodos para “abastecer” a sus similares mermelados, y hasta llevar su voz al tenor, para purificar de sobra las aquilatadas obras del entonces Presidente Uribe.

El pedúnculo de Roy Barreras, no está tan lleno de paja como si lo está su moral y aun así, se arrima a la hoguera cínicamente; y como león herido ataca a quien le dio de comer, sin importar que sea su propio compadre.

*Asesor y consultor

@Grajalesluise 

Evocando a Carlos Holmes Trujillo García. Por Emerson Grajales Usma*

  Dos años sin Carlos Holmes Trujillo García Por Emerson Grajales Usma* No es fácil para mí; quien vivió los últimos nueve años de su vi...