Por Emerson Grajales Usma*
Cuando el hoy Alcalde de Pereira, Juan Pablo Gallo, me manifestó
desde su curul como Concejal que quería poner su nombre a consideración de la ciudadanía
pereirana para aspirar al primer cargo del Área Metropolitana; no vacilé en
apoyarlo desde su avidez.
Hoy, cuando su brillante gestión agoniza, el tiempo me
dio la razón como se la dio la votación
más alta en la historia de las elecciones de alcalde en esta ciudad con 126 mil
75 sufragios en su favor, sin olvidar que ya había roto récords, pues llegó a
ser el concejal más votado de Pereira.
Este joven de 36 años
prometió el cambio para la capital de Risaralda, y consiguió acabar con la
tradición politiquera de los últimos 12 años, cuando el Partido de la U reinaba
en esta capital y Enrique Vásquez, había recibido una administración en
detrimento y colmada de burocracia heredada y robustecida aún más que la de su antecesor
Israel Londoño; que dicho sea de paso, este último aspira a ser gobernador de
este departamento. ¡Dios nos libre!
Sin lugar a equivocarme, el mandatario local, logró
cubrir todos los frentes que muy seguramente, por razones de espacio, me obliga
omitir en esta columna. Sus compromisos desde la plaza pública, en materia
social, fueron practicados a cabalidad.
El tejido social, una de sus prioridades, no tuvo espacio
para el descanso. Así lo demuestra su indeclinable trabajo para mantener la
mejor inclusión de infantes acudiendo a las aulas de clase tanto en primaria
como en secundaría en establecimientos públicos.
La tercera edad, pese a haberse registrado una indeseable
práctica de corrupción en la Secretaría de Desarrollo Social, que oportunamente
logró evidenciar ante las autoridades el propio Alcalde; se consiguió cubrir
las necesidades básicas para esta población vulnerable de bajos estratos.
La salud, fue una de sus prioridades. Si bien se logró
escudriñar y depurar el sistema de salud subsidiado (SISBEN) que estaba
espesamente “minado” por personas con capacidad económica y de estratos altos,
las cuales habían sido incluidas por sus dos antecesores sin vergüenza alguna y
dejando de lado a quienes de fondo sí tenían esa apremiante urgencia, se pudo
incluir a personas que a gritos pedían acceder al vital servicio, luego de
corregirse los “filtros” que para nada beneficiarán a quienes eventualmente
busquen en un futuro “colarse” en el sistema.
Los programas de vivienda, que aunque el Alcalde Juan
Pablo Gallo, no tuvo el eco deseado con el gobierno central, especialmente con
el de Juan Manuel Santos, sí sacó adelante proyectos habitacionales, de
mejoramiento de vivienda y alcanzó, a la fecha, mitigar los problemas heredados
por la ola invernal que dejó a un número importante de ciudadanos damnificados
y a otro tanto, desplazados.
La recuperación de las zonas verdes y los escenarios
deportivos públicos, fue su obsesión como igualmente lo fue la reforestación en
distintas zonas verdes de la ciudad.
De otro lado, al llevar al aeropuerto Matecaña, propiedad
de la administración municipal a la vanguardia de los mejores de Colombia, no solo
se logró una alta calificación por parte de la Aerocivil, sino que además, se
le quitó a los politiqueros de turno de la región, un caballito de batalla para
sus campañas, también se le arrebató al partido de la “U”, la caja menor para
cubrir las elecciones para aspirantes al congreso.
El Megacable, cuya obra recién se inició, permitirá sacar
a una zona de Pereira, por la ventana del desarrollo. Se trata de barrios como
el Remanso, Tokio, Danubio, Canceles, las Brisas y Villa Santana; todos ellos
de estrato uno y dos, que culminada estas tareas, llegaran en cuestión de
minutos, al centro de la ciudad por vía aérea.
Para terminar, no puedo dejar del lado lo que fue su
bandera de gobierno, la que hoy logra izar con orgullo hasta el asta; como lo
es la interconexión vial entre las comunas y barrios de Pereira. La
infraestructura fue, tal vez, tanto su mayor logro, como su copiosa “pesadilla”.
Nuevos puentes, nuevas vías y avenidas de suma importancia, hoy logran poner en
enlace a barrios que en el pasado no eran trascendentales para otras
administraciones por tratarse de barrios mal considerados, marginados. Todo
esto, y mucho más, se logró y se está llevando a feliz término, sin que
necesariamente se realicen por la vía de valorización.
*Asesor
y consultor
Twitter
@Grajalesluise
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